Estas historias reflejan la cultura y las creencias de los pueblos, enseñando lecciones morales y sociales de manera sencilla y entretenida. A través de personajes y situaciones fantásticas, los niños aprenden sobre el respeto, la valentía, la solidaridad y las consecuencias de sus acciones, al mismo tiempo que se sumergen en la rica diversidad cultural que los rodea.
Además, los cuentos folclóricos estimulan la imaginación y creatividad de los niños, conectándolos con sus raíces culturales y fomentando un sentido de identidad y pertenencia. Al explorar diferentes mundos y personajes, los pequeños desarrollan habilidades cognitivas y emocionales, como la empatía y el pensamiento crítico. Estas historias también sirven como un puente entre generaciones, ya que padres, abuelos y cuidadores las narran, fortaleciendo los lazos familiares y compartiendo su legado cultural.