Cuentini

El hechizo de la bruja

En un tranquilo pueblo rodeado de bosques frondosos y prados verdes, vivía una niña llamada Sofía.

Sofía era una niña alegre y curiosa, pero siempre se sentía un poco diferente a los demás. Tenía una pasión por la lectura y la naturaleza, lo cual a menudo la llevaba a estar inmersa en sus propios pensamientos.

Un día, mientras paseaba por el bosque, Sofía se topó con una pequeña cabaña escondida entre los árboles. Intrigada, se acercó y tocó la puerta, y para su sorpresa, una anciana misteriosa la recibió con una sonrisa astuta.

«¿Qué te trae por aquí, querida?» preguntó la anciana con voz suave pero llena de misterio.

Sofía, sin saber por qué, sintió una extraña sensación de intriga hacia la anciana y le contó sobre su curiosidad por el mundo que la rodeaba.

La anciana, que resultó ser una bruja envidiosa, vio en Sofía algo que ella misma anhelaba: una vida llena de felicidad y admiración. Con un gesto de su mano, lanzó un hechizo sobre Sofía, haciendo que su vida pareciera perfecta a los ojos de los demás.

Desde ese día, Sofía se convirtió en el centro de atención. Sus compañeros de clase la admiraban por su aparente perfección en todo lo que hacía. Pero a medida que pasaba el tiempo, Sofía empezó a sentirse incómoda con toda la atención. Se dio cuenta de que la admiración de los demás no la hacía sentir feliz, sino más bien sola y desconectada de su verdadero ser.

Una noche, mientras contemplaba las estrellas desde la ventana de su habitación, Sofía se encontró con la anciana en sus sueños. La anciana le recordó el regalo que le había dado y cómo había cambiado su vida.

También le afirmó que debería estar agradecida con ella.

Al despertar, Sofía sintió una nueva determinación arder en su corazón. Decidió enfrentarse a la bruja y pedirle que deshiciera el hechizo. Con valentía, regresó a la cabaña en el bosque y confrontó a la anciana.

La anciana, le dijo “el hechizo no se puede revertir” y astutamente se escondió en un armario.

Sofia decidió rápidamente cerrar el armario con llave para obligar a la bruja.

Después de algunos minutos y con una crisis de claustrofobia hizo un movimiento de su mano, la magia se disipó y Sofía volvió a ser ella misma.

De vuelta en su vida cotidiana, Sofía se sintió más feliz que nunca. Aprendió a valorar su individualidad y a aceptar sus imperfecciones como parte de lo que la hacía única. Y aunque ya no era el centro de atención, encontró una felicidad más profunda y duradera en su propia autenticidad.

Y así, en aquel tranquilo pueblo rodeado de bosques frondosos y prados verdes, Sofía descubrió el verdadero regalo de la bruja: la lección de que la felicidad verdadera viene de la aceptación de uno mismo y la celebración de nuestra singularidad.

Reflexión

El cuento nos lleva a reflexionar sobre la búsqueda de la felicidad y la aceptación de uno mismo en un mundo que a menudo valora la perfección superficial.

Sofía, la protagonista, representa ese anhelo común de ser aceptado y admirado por los demás, pero su encuentro con la anciana bruja revela una importante lección: la verdadera felicidad no reside en la aprobación externa, sino en la aceptación interna y la autenticidad.

La bruja, motivada por la envidia y el deseo de poseer lo que ve en Sofía, le realiza un hechizo que, a primera vista, parece hacerla perfecta a los ojos de los demás. Sin embargo, esta aparente perfección pronto se convierte en una carga para Sofía, quien se siente cada vez más desconectada de su verdadero ser y de las relaciones genuinas.

La confrontación con la bruja y la decisión de Sofía de recuperar su identidad son momentos clave en la historia. Aunque la bruja intenta convencerla de que su hechizo es irreversible, Sofía demuestra valentía al enfrentarla y reclamar su autonomía.

El encierro de la bruja simboliza el rechazo de Sofía a ser controlada por las expectativas externas, y su liberación marca su retorno a la autenticidad.

Al final, Sofía aprende una lección invaluable: la verdadera felicidad surge cuando nos aceptamos a nosotros mismos tal como somos, con nuestras virtudes y defectos. Ya no busca la aprobación de los demás, sino que encuentra alegría en su propia singularidad.

Su historia nos recuerda que la felicidad genuina no se encuentra en la perfección ilusoria, sino en la aceptación y celebración de nuestra verdadera esencia.

Poema

En bosques densos y quietos, Sofía caminaba,
Curiosa, distinta, su alma exploraba.
Una bruja astuta, con envidia en su ser,
Un hechizo lanzó, ¿qué podría hacer?

Sofía brillaba, admirada por todos,
Pero su corazón se sentía hundido.
La falsa perfección, un peso a llevar,
En la soledad, ella iba a naufragar.

En sueños, la anciana, le mostró la verdad,
La aceptación propia, la felicidad.
Con coraje y valentía, enfrentó su destino,
Y rompió las cadenas del falso camino.

En la autenticidad, Sofía encontró su luz,
El verdadero regalo, su ser, su virtud.

Sonia Jerez

Escritora y conferencista con más 10 años de experiencia en la educación infantil y desarrollo creativo. Ha ganado varios premios internacionales.

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