En un pequeño rincón de un colorido parque vivían tres globos muy especiales: Gabi, Gino y Gema. Eran globos de helio que siempre estaban llenos de alegría y amistad. Cada día, miraban a lo lejos y soñaban con explorar el mundo más allá del parque.
Un soleado día de verano, Gabi, el globo rosa, tuvo una idea emocionante. Dijo: «¿Por qué no inflamos nuestros corazones con la amistad que compartimos y volamos juntos más allá del parque? Podríamos explorar nuevos lugares y conocer a personas maravillosas».
Gino, el globo azul, y Gema, el globo amarillo, estuvieron de acuerdo de inmediato. Comenzaron a inflar sus corazones de amistad con risas, abrazos y buenos deseos. Pronto, los tres globos se elevaron del suelo, flotando en el aire con emoción y anticipación.
A medida que los globos de la amistad se elevaban, vieron hermosos paisajes, como campos verdes y montañas cubiertas de nieve. Conocieron a aves y mariposas que volaban a su alrededor, y todos compartieron historias de sus viajes. Los globos de la amistad se sentían más felices y ligeros que nunca.
Una noche, mientras se deslizaban por el cielo estrellado, los globos llegaron a una ciudad resplandeciente. Desde arriba, vieron cómo las luces brillaban como estrellas en la Tierra. Decidieron bajar para explorarla y hacer nuevos amigos.
En la ciudad, conocieron a niños y niñas que jugaban en el parque y a personas mayores que paseaban por las calles. Los tres globos llenaron el lugar de risas y alegría, compartiendo su amistad con todos. La ciudad se convirtió en un lugar aún más alegre gracias a la visita de los globos de la amistad.
Sin embargo, los globos también vieron algunas personas que estaban enojadas o tristes. Se dieron cuenta de que la amistad y la alegría que llevaban podían ayudar a sanar los corazones heridos. Así que comenzaron a hablar con las personas, escuchando sus historias y ofreciéndoles amistad y consuelo.
Con el tiempo, las personas se sintieron mejor, y la ciudad se llenó de sonrisas y amistad. Los globos de la amistad comprendieron que su viaje tenía un propósito más grande: llevar la amistad a todos los rincones del mundo y fomentar la paz.
Después de un tiempo maravilloso en la ciudad, Gabi, Gino y Gema se despidieron de sus nuevos amigos y volvieron a elevarse en el cielo. Regresaron al parque donde habían comenzado su viaje, pero esta vez regresaron con corazones aún más grandes y llenos de amistad.
Reflexión
La moraleja de esta historia es que los lazos de amistad pueden llevarnos a lugares inimaginables y fomentar la paz en todo el mundo. Los globos de la amistad demostraron que compartir amistad y alegría con los demás puede hacer del mundo un lugar más feliz y unir a las personas en armonía.