En un circo lleno de colores en el centro de la ciudad, había un grupo de artistas muy especial llamado los Matemágicos. Estos magos en lugar de hacer desaparecer conejos, ¡hacían aparecer números mágicos y mostraban trucos sorprendentes con matemáticas!
El jefe de los Matemágicos era el Gran Matemago Addy, un mago con un sombrero muy puntiagudo y una varita que brillaba con números resplandecientes.
Un día, Addy tuvo una idea genial: quería compartir con los niños de la ciudad lo divertida que puede ser la matemática, así que organizó un espectáculo único en el circo llamado «El Show Matemágico».
Al llegar al circo, los niños fueron recibidos por malabaristas que jugaban con pelotas numeradas y acróbatas que formaban figuras geométricas como cuadrados y triángulos en el aire.
Pero lo más emocionante empezó cuando Addy se subió al escenario.
«¡Bienvenidos a todos al Show Matemágico!» dijo Addy emocionado. «Hoy vamos a descubrir juntos lo divertida y mágica que puede ser la matemática».
El primer truco de Addy fue la suma. Sacó una bolsa llena de dulces y pidió a un niño que escogiera unos cuantos caramelos. «Ahora, vamos a sumar los dulces» dijo Addy, y al contarlos en voz alta, usó su varita para hacer que los dulces se juntaran formando una torre enorme. Los niños aplaudieron felices al ver cómo se sumaban los caramelos.
Después, fue el momento de la resta. Addy pidió a otro niño que tomara unos dulces y los pusiera en una caja. «Vamos a hacer desaparecer algunos dulces con magia» anunció Addy. Con un movimiento rápido de su varita, algunos dulces desaparecieron, dejando menos dulces en la caja. Los niños se rieron y aplaudieron con el truco de la resta.
Para finalizar, Addy enseñó cómo dividir. Tomó un pastel grande y lo cortó en pedazos iguales para compartir con todos. «Así es como compartimos la magia de las matemáticas» dijo Addy, repartiendo el pastel.
Al terminar el show, los niños aplaudieron con mucha emoción y le agradecieron a Addy por mostrarles lo mágica que puede ser la matemática de una manera tan divertida. Y así, el Circo Matemágico demostró que la matemática puede ser tan emocionante como cualquier acto de circo.
