En un mundo mágico lleno de colores brillantes. Todos los colores vivían en armonía, cada uno con su propia personalidad y papel especial. Había Rojo, el más apasionado; Azul, el más tranquilo; Amarillo, el más alegre; y Verde, el más enérgico. A pesar de sus diferencias, todos se llevaban bien, disfrutando de la diversidad de su mundo.
Un día, una nube oscura se cernió sobre el mundo de los colores. Esta nube no entendía la belleza de la diversidad y quería que todo fuera gris y uniforme. Comenzó a esparcir su sombra sobre el mundo, oscureciendo los colores y llenando de tristeza a los habitantes.
Rojo, Azul, Amarillo y Verde se reunieron para encontrar una solución. Decidieron que la única manera de vencer la oscuridad era unir sus fuerzas y trabajar juntos. Rojo compartió su pasión y coraje, Azul ofreció su calma y paciencia, Amarillo brindó su alegría y optimismo, y Verde aportó su energía y vitalidad.
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Los cuatro colores se unieron en un abrazo cálido y brillante, formando un arco iris resplandeciente que cortó a través de la nube oscura. La nube, sorprendida por la belleza y la unión de los colores, comenzó a retroceder lentamente.
A medida que el arco iris brillaba, la sombra desaparecía. La oscuridad se retiraba, y el mundo volvía a llenarse de color y alegría. La diversidad de los colores era más hermosa que nunca, y todos los habitantes se dieron cuenta de que su fuerza residía en su unión y respeto mutuo.
La noticia de la valentía y el amor de los colores se extendió por todo el mundo. Otros colores, que habían estado escondidos por miedo a ser juzgados, se unieron a Rojo, Azul, Amarillo y Verde. Ahora, el mundo estaba lleno de colores de todas las formas y tamaños, viviendo juntos en paz y armonía.
Reflexión
La moraleja de esta historia es que la diversidad y la tolerancia son lo que hace que el mundo sea un lugar hermoso y pacífico. Todos somos diferentes, pero cuando nos unimos y apreciamos las diferencias de los demás, creamos un mundo más rico y colorido. La diversidad no es algo que deba temerse, sino celebrarse, porque es lo que hace que la vida sea emocionante y llena de belleza.
Desde ese día, el mundo de los colores vivió en paz y felicidad, recordando siempre que la unión y el respeto por la diversidad son los pilares de la armonía.