Cerdino era un tierno cerdito, que vivía con su familia en una pequeña granja. Sin embargo, su vida no era tan emocionante como él hubiera deseado. Sus padres lo sobreprotegían al extremo, prácticamente no lo dejaban hacer nada.
Siempre le decían: «Cerdino, ten cuidado», «No te alejes mucho», «No corras demasiado rápido». Cerdino soñaba con explorar el mundo más allá de la granja, pero parecía que nunca tendría la oportunidad.
Una mañana como cualquiera, observaba a lo lejos una gran montaña, Cerdino sintió una fuerte necesidad de explorarla. La montaña se veía majestuosa y misteriosa, y su cima desaparecía entre las nubes. Sin embargo, sabía que sus padres nunca le permitirían ir tan lejos.
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Pero la curiosidad de Cerdino lo impulsó a descubrir un secreto. Un día, mientras recorría la granja, encontró una pequeña vía de escape. Era un agujero en la cerca que rodeaba la casa. Este agujero lo llevaba a un camino que se dirigía hacia la montaña. La oportunidad de su vida había llegado, y decidió emprender su emocionante recorrido hacia la montaña.
Cerdino sabía que sus padres se preocuparían mucho por su desaparición, pero la atracción de la montaña era demasiado fuerte. Aceleró el paso para llegar lo más rápido posible a su destino.
Después de horas de caminata, finalmente llegó a donde debería haber estado la montaña, pero se quedó perplejo. La montaña no estaba allí. Miró alrededor, confundido y desilusionado. Sin embargo, a lo lejos, divisó otra montaña, pero su aspecto era diferente.
Decidió ir hacia la segunda montaña, pero cuando llegó allí, se dio cuenta de que tampoco existía. Cerdino comenzó a sentirse desesperado y pensó que todo esto podría ser una ilusión óptica.
Ya muy triste y desorientado, decidió regresar a casa. El problema era que estaba muy lejos y parecía que llegaría a la granja de noche.
Después de horas de caminata agotadora, cuando Cerdino estaba a punto de llegar a casa, miró hacia arriba y quedó sorprendido al ver la granja sobre una montaña. «Esto no puede ser, no entiendo qué está pasando», murmuró mientras se rascaba la cabeza.
Cerdino, decidido a regresar con su familia, comenzó a escalar la empinada montaña con determinación. Cada paso era un esfuerzo, pero su deseo de reunirse con sus padres lo impulsó.
Finalmente, cuando llegó a la cima, se dio cuenta de que todo había sido una pesadilla. La granja estaba justo donde siempre había estado, en su lugar habitual. Cerdino se sintió aliviado y arrepentido de haberle causado preocupación a sus padres dentro del sueño.
Sin perder tiempo, Cerdino salió corriendo de regreso a la granja. Abrazó a sus padres con fuerza y les agradeció por su amor y protección. Desde ese día, aprendió a apreciar la seguridad y el cariño de su hogar, y aunque siempre tendría la curiosidad de explorar el mundo, sabía que su familia era lo más importante en su vida.
Reflexión
En el regazo cálido de su hogar, Cerdino reflexionó sobre la importancia de la familia y la seguridad que brindaba su hogar. Se dio cuenta de que, aunque siempre tendría deseos de aventura y exploración, la casa de sus padres siempre sería el refugio al que podría regresar.
Aprendió que no importaba cuánto explorara el mundo, su familia estaría allí para recibirlo con los brazos abiertos, recordándole que, sin importar a dónde lo llevara la vida, el amor y el calor del hogar de sus padres siempre serían un refugio reconfortante en el que podría confiar.