Cuentini

Nueva entrenadora de fútbol

Había una vez un equipo de fútbol llamado Los Gorriones, formado por un grupo de niños del pequeño pueblo de Villa Alegre. A pesar de que estos niños amaban el fútbol y siempre ponían su mejor esfuerzo en cada partido, nunca lograban ganar.

Su entrenador, el Sr. Pérez, era un hombre amable pero muy serio, y sus métodos de entrenamiento no parecían dar resultado.

Un día, el Sr. Pérez anunció que debía mudarse a otra ciudad y que había encontrado un nuevo entrenador para el equipo. Los niños estaban ansiosos y un poco preocupados. ¿Sería este nuevo entrenador tan estricto como el Sr. Pérez? ¿Podría ayudarles a ganar algún partido?

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El día de la llegada del nuevo entrenador, los niños se reunieron en el campo de fútbol. Pronto vieron acercarse a una figura sonriente y enérgica. Era una mujer joven llamada Laura, vestida con una camiseta de colores brillantes y un silbato que brillaba al sol.

«¡Hola, chicos! Soy Laura, su nueva entrenadora. Estoy muy emocionada de estar aquí con ustedes», dijo con entusiasmo.

Los niños se miraron entre sí, sorprendidos por su energía. Laura no perdió tiempo y comenzó con una presentación divertida. «Vamos a hacer un juego para conocernos mejor», dijo, sacando una pelota de fútbol. «Cada vez que pasemos la pelota, deben decir su nombre y algo que les guste del fútbol».

El juego rompió el hielo y pronto todos reían y se sentían más relajados. Laura observó atentamente a cada niño, notando sus fortalezas y debilidades. Luego, propuso una nueva rutina de entrenamiento.

«Hoy vamos a jugar, pero con una pequeña diferencia. Cada vez que cometan un error, tienen que hacer un baile tonto durante diez segundos. ¿Listos?», preguntó Laura con una sonrisa.

Los niños se sorprendieron, pero aceptaron la idea con entusiasmo. Durante el entrenamiento, hubo muchas risas y movimientos graciosos. Al final del día, todos se sintieron más conectados y motivados.

A medida que pasaban las semanas, Laura introdujo más actividades divertidas. Organizó competencias de habilidades, juegos de relevos y partidos amistosos con premios para todos. También enseñó a los niños técnicas de respiración y relajación para que pudieran mantener la calma bajo presión.

«El fútbol es un juego, y los juegos deben ser divertidos», decía Laura. «Pero también debemos trabajar duro y nunca rendirnos».

Los niños comenzaron a mejorar. Laura les enseñó a celebrar cada pequeño progreso y a apoyarse mutuamente. «Somos un equipo, y en un equipo, todos importan», repetía.

Finalmente, llegó el día del gran partido contra los Tigres, el equipo más fuerte de la liga. Los Gorriones estaban nerviosos, pero Laura les recordó todo lo que habían aprendido. «Recuerden, chicos, lo importante es divertirse y dar lo mejor de sí. No importa el resultado, siempre estaré orgullosa de ustedes».

El partido comenzó, y Los Gorriones jugaron con una energía y confianza renovadas. Aunque los Tigres eran fuertes, Los Gorriones no se dejaron intimidar. Jugaron con todo su corazón, se apoyaron mutuamente y, lo más importante, se divirtieron.

Al final del partido, el marcador mostraba un empate, 2-2. Los Gorriones no habían ganado, pero tampoco habían perdido. Sin embargo, en lugar de declararlo un empate, decidieron ir a penaltis para determinar al ganador.

El ambiente estaba cargado de tensión y emoción. Laura reunió al equipo y les dijo: «Independientemente del resultado, ya han demostrado ser unos campeones. Jueguen con el corazón y recuerden todo lo que hemos aprendido juntos.»

Los penaltis comenzaron. Los Gorriones marcaron sus primeros dos tiros, al igual que los Tigres. Luego, uno de los Gorriones falló su tiro, y los Tigres se adelantaron. La presión estaba en su punto máximo cuando Pedro, el portero del equipo, se preparó para enfrentar el próximo tiro de los Tigres.

«Confío en ti, Pedro», le dijo Laura, dándole una palmada en el hombro. «Recuerda respirar y seguir tus instintos.»

El jugador de los Tigres lanzó un tiro potente, pero Pedro, con una agilidad increíble, se lanzó y detuvo el balón justo en la línea de gol. Los Gorriones vitorearon, llenos de esperanza.

Era el turno de Juan, el capitán de Los Gorriones, para lanzar el último penalti. Si lo metía, ganarían. Juan respiró hondo, recordó los consejos de Laura y disparó. El balón voló directo a la esquina del arco, fuera del alcance del portero de los Tigres. ¡Gol!

Los Gorriones estallaron en gritos de alegría. Habían ganado el partido, no solo por sus habilidades, sino por el trabajo en equipo, la perseverancia y la diversión que Laura les había enseñado.

Laura corrió hacia ellos con los brazos abiertos. «¡Estoy tan orgullosa de todos ustedes! ¡Jugaron increíblemente bien!»

Los niños sonrieron, sintiéndose más unidos que nunca. Habían aprendido que el verdadero éxito no siempre se mide por el marcador, sino por el esfuerzo, la perseverancia y la alegría de jugar juntos.

Desde ese día, Los Gorriones siguieron mejorando y, eventualmente, comenzaron a ganar más partidos. Pero lo más importante, siempre recordaron las lecciones de Laura sobre el esfuerzo, la perseverancia y la diversión.

Y así, en el pequeño pueblo de Villa Alegre, Los Gorriones se convirtieron en un equipo legendario, no solo por sus victorias, sino por el espíritu y la alegría con que jugaban al fútbol.

Reflexión

El cuento nos enseña que el éxito no siempre se mide en victorias y trofeos, sino en el esfuerzo y la dedicación que ponemos en nuestras actividades. Laura, la nueva entrenadora, introduce métodos divertidos y motivadores que no solo mejoran las habilidades de los niños, sino que también fortalecen su confianza y alegría.

Al celebrar cada pequeño logro y fomentar un ambiente positivo, Laura demuestra que el verdadero éxito radica en el progreso y el disfrute del proceso.

Además, la historia subraya la importancia del trabajo en equipo. Los Gorriones, que solían perder partidos, encuentran en la colaboración y el apoyo mutuo una nueva fuente de fuerza. Laura les enseña que cada miembro del equipo tiene un valor único y que juntos pueden superar cualquier desafío.

Esta lección es aplicable no solo en el deporte, sino en todas las áreas de la vida, recordándonos que la unidad y la cooperación son fundamentales para alcanzar metas comunes.

Sonia Jerez

Escritora y conferencista con más 10 años de experiencia en la educación infantil y desarrollo creativo. Ha ganado varios premios internacionales.

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